Regionales

La fiesta de la descentralización cumple 62 años de nostálgica existencia

La única vez que Arica fue subsede de un Mundial de Fútbol es un episodio que, sin duda, vale la pena recordar.

En 1962 sin contar con la infraestructura deportiva, sin contar con la urbanización y tampoco con la conectividad necesaria, nos dieron la oportunidad de formar parte de la organización del primer y único Mundial de Fútbol adulto jugado en Chile. Sin duda, este ha sido el mayor acto de descentralización vivido por los ariqueños y ariqueñas que siguen haciendo patria en la puerta norte de Chile. Sin duda, está prohibido olvidar la locura liderada hace 62 años por los dirigentes Carlos Dittborn y Augusto Zubiri.

La fiesta organizada en el desértico suelo ariqueño cada vez se hace más lejana e inmortal. Tanto así, que ahora en pleno siglo 21, el centralismo campea en ciudades como Arica, al extremo que en ocasiones el alcalde Gerardo Espíndola ha mostrado públicamente su enfado diciendo que en ocasiones piensa que “en Santiago creen que somos imbéciles”.

Junta de Adelanto

Para desafiar al asfixiante centralismo que desde 1976 nos les ha quitado a los ariqueños la posibilidad de tomar sus propias decisiones, Espíndola ha expresado cientos de veces, su más profunda admiración por la añorada Junta de Adelanto que en tiempo récord, y con recursos locales, construyó todo lo que había que construir para que Arica fuera subsede de la Copa del Mundo.

En menos de tres años la Junta de Adelanto de Arica remodeló el estadio Municipal; construyó hoteles, casas, puentes, parques, plazas, y pavimentó calles y avenidas, obras que en su totalidad siguen en pie. Es decir, hace 62 años los ariqueños y las ariqueñas demostramos con creces que en esta tierra había capacidad de sobra para sacar adelante un desafío de talla mundial. Las fotos y los videos grabados por los hinchas así lo dejan en claro.

Lo vivido en Arica superó con largueza lo acontecido en las subsedes de Viña del Mar y Rancagua. Incluso las imágenes de la clasificación a semifinales lograda por Chile tras vencer 2×1 a la selección de Rusia en Arica, siguen siendo reproducidas por los canales de televisión y viralizadas en redes sociales. Del triunfo conseguido por Chile ante Yugoslavia en la disputa del tercer lugar también se sigue hablando, pero no lo hacemos con la pasión y admiración que recordamos el partido jugado en Arica el domingo 10 de junio de 1962.

Pasto natural

Porque la capacidad organizativa sigue intacta en la puerta norte de Chile, la Municipalidad de Arica postuló para ser subsede del Mundial de Fútbol juvenil que el año 2025 se jugará en Chile. Y ojo que una de las principales exigencias de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, es que los partidos sean disputados en canchas de pasto natural como la que tiene el estadio “Carlos Dittborn”.

Estamos claros que en Chile hay varios estadios que tienen canchas de césped natural, pero en ninguno de esos campos de juego, Leonel Sánchez le clavó un gol al ángulo al entonces mejor arquero del mundo, Lev Yashin. En ninguno de esos estadios Chile eliminó a la Rusia campeona de Europa, en ninguno de esos estadios Chile clasificó a las semifinales de una Copa del Mundo. Solo en Arica hay un estadio donde los chilenos vivimos un cuento de hadas, solo en Arica hay un estadio que guarda en sus paredes el recuerdo de la única y verdadera fiesta de la descentralización que registra la historia del fútbol chileno. Si hace 62 años Carlos Dittborn confió en Arica, nada impide que el actual presidente del fútbol chileno siga la senda del mejor dirigente que registra la historia del deporte nacional.

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