Otro domingo para olvidar, San Felipe celebró título en Arica.

La expulsión tan temprana condicionó el trámite del partido, ya que no se podían dar ventajas ante un rival tan difícil como los del Aconcagua, ya que venían en busca del título, más encima con un hombre menos en una cancha pesada como lo es el Dittborn, fue un obstáculo más para San Marcos, sin desmerecer el buen trabajo de los dirigidos de Mariani.

Angel Vildozo abrió la cuenta en el minuto 7, luego de que los visitantes se habían apoderado del dominio del balón.
El técnico Roberto Mariani decide sacarle provecho a la ventaja númerica y al resultado y tempranamente a los 24 minutos de juego realiza un cambio, ingresa Francisco Piña por Esteban Carvajal.
El cuadro visitante siguió dominando el partido y por parte de San Marcos aún no despertaban del letargo, del golpe recibido al inicio del partido.

Aumentó el marcador Hernán Silva en el minuto 38, luego de un rebote en el palo del arco de Manduca.

San Marcos timidamente inquietaba a Giovini con jugadas de Sergio Nuñez y Victor Gonzalez, pero no pudieron concretar.
El árbitro del encuentro Salvador Barea no pasaba desapercibido en el partido, ya que dejó pegar bastante al los jugadores de San Felipe, sin siquiera mostrar tarjetas amarillas.

En la segunda etapa Orlando Mondaca intentó cambiar las cosas haciendo ingresar a Marcelo Coll en reemplazo de David Allende y a Giovanni Narvaez en reemplazo de Alcides Gonzalez.

San Marcos intentó descontar en el marcador, pero las pocas ideas de juego colectivo y las ansias de querer hacer bien las cosas, impidieron que llegará el gol ariqueño.
San Felipe seguía siendo dueño de las acciones, manejando el partido sin problemas, con 2 goles de diferencia y un jugador de más.

Marcelo Corrales increiblemente se perdía un gol sin arquero, y minutos más tarde salió expulsado por falta a Marcelo Coll en el minuto 64.
Un minuto más tarde Marcelo Coll es derribado en el área rival, pero Salvador Barea en vez de cobrar el penal, sanciona al ariqueño con tarjeta amarilla por «supuesta simulación».

Finalmente un inspirado Angel Vildozo liquida el partido con su segunda conquista personal en el minuto 72.

Ya no había más que hacer, y solo se esperaba que terminara el partido y tratar de anotar el gol del honor, gol que a la postre no llegó.

Al mismo tiempo que San Felipe marcó la tercera cifra, en Coquimbo Osvaldo Gullace anotaba para los locales y lograba el empate frente a Wanderers, resultado que en esos instantes dejaba como Campeón a los del Aconcagua.

En el Dittborn el partido terminó y los jugadores se fueron al centro de la cancha, los dirigentes visitantes con los oídos puestos en Coquimbo le daban la buena noticia al equipo y se desató el festejo del plantel y la correspondiente vuleta olímpica en pastos ariqueños.